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Posición de Conducción

Una correcta posición en el vehículo es fundamental para conseguir una buena conducción y evitar fatigar nuestro cuerpo antes de tiempo. Las piernas deben de estar ligeramente flexionadas, pudiendo pisar al fondo el pedal del embrague. El respaldo debe de ajustarse de forma que las muñecas lleguen a la zona superior del volante.

Manejo del volante

Partiendo de que siempre hay que tener las dos manos cogiendo el volante, soltando una de ellas, únicamente para realizar giros u otras acciones imprescindibles, para realizar un buen manejo del volante es necesario colocar correctamente las manos en éste, siendo las "nueve y cuarto" la posición idónea.

posición de las manos en el volante

La mano hacia la que gira la curva ha de anticiparse cogiendo el volante por la parte superior y tirando hacia abajo. Una vez la primera mano está arriba, la otra mano descenderá y ayudará a subir para realizar el giro, siempre con una de las manos cogiendo el volante durante esta maniobra.

Observar la trazada óptima

En carretera es muy importante anticiparnos ante la aproximación a una curva y evaluar las dificultades que pueda presentar.

Es necesario que nuestra conducción se adapte según sea una carretera revirada con curvas ciegas que distará de las carreteras amplias y curvas suaves.

En las primeras, lo fundamental es frenar lo necesario para adecuar la velocidad antes de comenzar con el giro del volante y realizar la trazada correcta abriéndonos al lado contrario todo lo posible para ir cerrándo dicha trazada a medida que llegamos al vértice de la curva para luego volver a abrir la trayectoria.

Es muy importante identificar perfectamente el vértice de la curva y que vemos la salida, pues hasta que no lo alcancemos no deberemos pasar a acelerar el vehículo.

En invierno

La conducción en invierno requiere de una atención especial pues contamos con condiciones climáticas cambiantes que influyen en el estado del firme, la suciedad (hojas, barro, humedades, heladas, etc.) que afectan al agarre de los neumáticos.

Antes de ponerse en marcha o un viaje realizar una revisión del vehículo comprobando estado de neumáticos, los niveles de líquido anticongelante, aceite y líquido de frenos, el buen estado de los limpiaparabrisas, y el funcionamiento de todo el alumbrado.

Es muy importante aumentar la atención en tres aspectos: vigilar el entorno y la calzada, anticiparse ante posibles maniobras delicada de frenado y realizar trazadas suaves, y moderar la velocidad ajustándola a las condiciones del asfalto y climáticas.

Evita frenadas bruscas así como acelerones. Ambas acciones han de ser graduales para dar capacidad a los neumáticos al cambio de situación y evitar una repentina pérdida de agarre. Si las ruedas se bloquean, el vehículo derrapará y quedará fuera de control.

Se ha de prestar más atención a las trazadas realizando la frenada en línea recta con giro dulce del volante evitando giros repentinos.

Si circulamos habitualmente en zona de montaña o muy húmedo es aconsejable valorar la monta de neumáticos de invierno que mejoran la seguridad y la movilidad ya que aportan una mayor tracción, frenada y control con agua, escarcha, nieve, y especialmente con hielo.

En verano

En verano, es frecuente debido a las altas temperaturas, sufrir antes de fatiga, incluso el sol radiante puede influir en nuestro incremento en el cansancio que incide a la hora de conducir.

Recomendamos respetar el conocido descanso cada 2 horas de conducción, parando a tomar agua o refresco bien fresquito.

También es conveniente e uso de gafas de sol (a poder ser con cristales homologados) que evitarán adelantar la fatiga y no nos deslumbraremos tan fácilmente.

Revisar como siempre las presiones de los neumáticos teniendo en cuenta que la temperatura del asfalto incide en un incremento considerable de la temperatura del neumático y por tanto su presión interna.

Los frenos también pueden sufrir y debemos de tenerlo en cuenta a la hora de descender un puerto y evitar abusar de pisar el pedal del freno y no hacer frenadas prolongadas, si no breves pero con la intensidad mayor (dentro de una lógica). No hay situación más desagradable que el tacto esponjoso y sin eficacia de unos frenos recalentados y que no tiene más solución que parar para darles un descanso.

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